lunes, 17 de octubre de 2011

El hambre de los pobres


Una de las pancartas de la manifestación del 15-O en Barcelona decía "Todo que ganar. Nada que perder". Y no es cierto. Al acabar fui atravesando el centro de la ciudad y era casi más difícil atravesar las calles comerciales que la manifestación. Masas encandiladas en las tiendas, jóvenes, sobre todo, comprando cosas que no necesitan a un precio muy superior a su valor; y ya Machado dijo lo que había que decir de quien confunde ambas cosas.

Aún tenemos mucho más que perder.  El mapa de los lugares donde hubo manifestaciones ayer lo ilustra. Parece ser que fueron 951 ciudades en 82 países. Ahí, donde no hay puntos rojos (África y Asia, sobre todo) es donde tienen mucho más que ganar que que perder; porque para perder tienen poco, ni la vida, que se les escapa cada segundo. No es que pasen hambre; es que el hambre es su vida (mil millones de personas se van a dormir todos los días con hambre). Hace tiempo que no vivimos de otra cosa más que del hambre de los pobres, solo que los pobres ahora somos nosotros. ¿O no? Cuando el mundo estaba a nuestros pies el sistema no nos parecía tan malo, y no queríamos enterarnos de que vivíamos del hambre de los pobres, y así seguimos. Pero la culpa siempre es de los demás, nunca de nuestra codicia. 
Bien está manifestarse, pero hemos salido tarde. Teníamos que habernos echado a la calle cuando todavía atábamos los perros con longanizas, y no cuando nos hemos comido la longaniza, los perros están muertos o vagan sin saber a dónde ir y la cuerda ya solo sirve para ahorcarse. 
PS: No me gustan lemas como "que no nos representan" (a ti quizá no, pero a otras personas, sí) ni ideas como esa de que "los políticos no sirven para nada y tendrían que irse todos a su casa". Eso ya lo hemos vivido y era bastante peor. Cuidado con lo que pedimos.


domingo, 2 de octubre de 2011

Me siento ciudadano antes que mujer


Honor y gloria a Clara Campoamor y el resto de las mujeres que nos hicieron la vida un poco más fácil y mejor, también a lo hombres. Ochenta años después, a veces parece que fue anteayer. Gracias sufragistas.