sábado, 9 de julio de 2011

Indignidad, sin más


Para los habitantes de los países sudamericanos, y muchos africanos y asiáticos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) resulta una de las instituciones más crueles y déspotas que el Primer Mundo haya inventado; porque, junto con el Banco Mundial, se dedica a empobrecer a la gente para reflotar la economía de los países. Dicen que una vez se le ocurrió a alguien en el FMI proponer que se repartiera la riqueza en un Estado en bancarrota; sus compañeros llamaron a una ambulancia y, de vez en cuando, alguien lo visita en el hospital psiquiátrico donde lo internaron.  
Chirstine Lagarde pasa a ejercer el lugar de una persona inmoral (DSK) para intentar darle un aire ético a la institución y al cargo. Parece ser que es un esfuerzo tremendo comprometerse a cumplir con “los más altos estándares de conducta ética”, así que por ese concepto, le suben el suelo el 11 %, y se pone en un sueldo de 323.234  anuales (iba a escribir «unos 300.000» pero me he dado cuenta de que con el pico hay mucha gente que vive, e incluso bien).
Me temo que la ética según el FMI consista en que Lagarde no puede retozar con un mulato macizorro en una playa tropical. No importa porque, amén de otros complementos, por si no le llega para las necesidades del cargo, le dan unos 5.000  para gastos (se te hace una carrera en las medias antes de entrar a una reunión y te compras unas en los chinos, has olvidado recargar el del móvil y le pones 5 en un cíber…); pues con ese suplemento puede contratar a quien sea, pero que sea de postín, profesional y muy discreto; nada de levantarle la falda ni bajarle los pantalones por los pasillos a un empleado de hotel, encima inmigrante. Y alto estándar ético cumplido. Porque hay otras maneras de joder a un africano (al continente entero, de hecho), y el FMI las conoce todas y bien. Está pasando, ahora mismo.
Es más que probable que en el FMI la ética no tenga nada que ver con vivir con cierta austeridad y tener algo de empatía con los condenados de la Tierra. El FMI se ocupa, entre otras cosas de reequilibrar la economía de los países y echar una mano en situaciones críticas (resumen de la verborrea de la página oficial), pero lo que se gastan en funcionamiento interno no está para echar una mano. El cuerno de África vuelve a pasar por una situación de hambruna y los campos de refugiados se desbordan de miseria y necesidad, justo ahora que por aquí arriba tampoco nos va nada bien y puestos a recortar, lo primero son los de casa y la caridad, si eso ya la atenderemos con lo que nos sobre.
Sí, todo es muy obvio; y quizá me ha quedado demagógico, ¿y qué? La rabia y el dolor me impiden razonar bien.