domingo, 12 de junio de 2011

Indignidad consorte


Sin empacho ni dudas éticas, en el caso de Dominique Strauss-Kahn me salto la presunción de inocencia. El director del Fondo Monetario Internacional (no un mindundi con aspiraciones de delincuente al menudeo) salió corriendo del hotel, dejándose pertenencias y sin pagar, se fue directamente al aeropuerto e intento largarse lo antes posible y sin llamar la atención a un continente donde no lo fueran a perseguir por lo que quizá no hizo. Cuando lo trincaron, dijo que él no había hecho nada de nada; y al darse cuenta  de que lo habían pillado con el carrito del helado (el ADN y esas zarandajas que hacen bueno el refrán ese de que antes se coge a un mentiroso que a un cojo) rectificó y aseguró que hacer sí que había hecho pero porque le habían dejado y con gusto mutuo. Así que igual no hizo lo que dicen que hizo, pero tiene toda la pinta de que hizo eso y ha ido haciendo mucho más.



Así que lo juzgo y condeno: asqueroso, hipócrita, canalla, prepotente y una docena más de adjetivos que hacen que no me sorprenda su capacidad de entrar al juzgado con la cabeza alta y sin que los abucheos le hagan sentir ni vergüenza ni arrepentimiento. Pero quien me sorprende es su mujer. Esa que entra a su lado, cogida de su brazo, elegante y sobria, pero también un punto soberbia y arrogante. Sabe lo que sabemos todos y, seguro, mucho más y peor; y es, después de la trabajadora del hotel acosada, la  persona más humillada por DSK. Una mujer culta y formada, capaz de ganarse la vida, inteligente y bien situada; entonces, ¿por qué está ahí?  ¿A qué viene esa afección incondicional? ¿Cómo no le da asco cogerse de ese brazo? ¿Puede tener tanto que perder que le compense no conservar la más mínima dignidad? ¿Qué puede sacar de ese lodazal para hacer ese paseíllo sin morirse de vergüenza? 


PS. Varias semanas más tarde. Dicen que hay inconsistencias en el testimonio de la mujer que denunció a DSK; y que había mentido en otras ocasiones; y que está relacionada con traficantes de drogas que están en prisión. Todo eso no implicaría que no sea plausible que DSK la acosara. Si se trata de juzgar a partir de hechos anteriores, el fulano tiene también su historial de acosos. Y si las inconsistencias y las mentiras desacreditan, a ver hacia donde lleva que el fulano se escapara corriendo del hotel y que intentara no ser retenido invocando una inmunidad diplomática que no tenía; por no hablar de que dijo que no toco a nadie y luego que sí pero que fue consentido. Así que si es inocente de violación, que lo absuelvan, y yo reconozco mi error (como si tuviera alguna importancia lo que yo opine), pero no dejara de rodearlo la sospecha de que ante la justicia (sobre todo en EE. UU.) el poderoso siempre tiene ventaja.



Ahora dicen que en Francia lo esperan como agua de mayo. Si este individuo (con su historial de relación con las mujeres y con su ostentación y derroche), es la esperanza del socialismo francés, los franceses se merecen unos cuantos años más de Sarkozy.