miércoles, 29 de septiembre de 2010

Endelea


Magda tiene  algo más de 40 años, ya es abuela y tiene sida. La ha repudiado su marido, su familia no quiere saber nada de ella y sus vecinos la desprecian. Tiene cinco hijos, sanos, y, como si no se le agotaran las fuerzas, ha acogido otro chaval, este sí con VIH, hijo de un primo que murió de sida. Magda dice que no se avergüenza de haberse contagiado curándole las heridas a ese primo y que no tiene que ocultar que ayudó a un enfermo, cuando nadie los ayudaba ni les explicaba cómo protegerse del virus. ¡Ah!, un detalle, Magda es africana. Vive en una zona rural próxima a Moshi. Es afortunada, en Tanzania, les dan los fármacos, solo que hay que ir al hospital. Para eso, Magda tiene que pagar una bici-taxi hasta la parada del autobús, luego el autobús y luego la visita en el hospital, para ella y para su sobrino, que con menos de 14 años ha aprendido a guardar bien su cepillo de dientes para que sus primos no lo usen y no corran el riesgo de contagiarse. Magda también tiene que alimentar, vestir y escolarizar a sus hijos, porque sabe que si hay alguna esperanza para ellos, probablemente pase por el colegio.

Magda ha tenido fuerza para organizarse una pequeña empresa. Hace ladrillos de adobe. En su afán de no darse por vencida, busca empresas y particulares que necesiten sus ladrillos, para poder dar trabajo a cuatro personas que la ayudan a hacer ladrillos. Ahora ha comprado cuatro cerdos. Los compra gorrinos, los engorda y los vende. Un negocio con riesgos y no muy relajado. Pero a Magda no se le ocurre buscar caminos rápidos y fáciles de vivir. Para todo eso tenía fuerza y solo ha necesitado un microcrédito que le ha prestado el proyecto Endelea (‘continuar’) que ha puesto en pie  Tierra de Amani. Magda, además de salir adelante, es un ejemplo para otras mujeres de la zona de Moshi, donde trabaja esta oenegé. Unas comercian con telas, otras intentan organizar pequeños comercios en sus pueblos, pero lo primero que tiene que hacer todas es superar la depresión y la angustia. Son africanas, mujeres y enfermas de sida; es difícil acumular más estigmas. En la pequeña oficina de Tierra de Amani, dos trabajadores sociales tanzanos, Shuma y Violet, les sugieren ideas para posibles negocios, las asesoran para desarrollarlas y usar los microcréditos y, sobre todo, las ayudan a tejer una red social, entre ellas y con personas valientes que se atreven a no condenarlas.

Además de estar dándoles la vida a esas  mujeres y sus familias. Tierra de Amani es la fuente de financiación del Kili Centre. ¡otro milagro! Más de cien niños salvados de las calles. Unos viven en el centro, otros vuelven a sus casas a dormir; todos comen, se lavan, van a la escuela, aprenden a responsabilizarse de tareas, a respetar a los demás, a comer de manera equilibrada y a protegerse de la malaria, han dejado de sufrir palizas o abusos sexuales y han vuelto a encontrar palabras amables, atención e, incluso, algún abrazo. Han aprendido que son inteligentes,que pueden estudiar, decidir qué quieren ser e intentarlo. Ninguno tenía nada de eso antes de llegar al Kili Center, algunos no recordaban haber dormido nunca bajo techo y la mayoría estaban condenados a acabar sus días esnifando pegamento.

El mundo tiene caras muy feas, sí. Y también vidas ejemplares, como la de Magda, y como la de la gente que puso en pie Tierra de Amani porque decidió que le debía algo a las personas a las que les toca sufrir siempre y mucho. Solo que podemos evitarlo. El proyecto Endelea y el Kili Center son una oportunidad que nos regalan para hacer algo. Les hace falta dinero, claro,  y conociendo la vida de Magda, a ver quién dice que no le sobra para colaborar (una de esas tardes de salir al cine y a cenar nos cuesta…). No os lo gastéis todo; pronto os contaré unas vidas ejemplares que enlazan Níger con Terrassa. Se empieza con una mujer, se sigue con una familia y acabas haciendo un mundo justo. Es el peligro decidir que le vas a dar a una persona la oportunidad que nunca tuvo de salir adelante, porque sí y porque quieres.

PS: Para perezosos y ajetreados que no quieran buscar más, la cuenta corriente es Unicaja 2103-2100-60-0030000315.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Conmemoraciones, olvidos y desvergüenzas


La diversidad de calendarios provoca coincidencias y superposiciones interesantes. Así, este año el Ramadán ha caído en pleno mes de agosto, y eso ha hecho plantearse si los trabajadores musulmanes tienen derechos similares a los cristianos a la hora, por ejemplo, de celebrar sus fiestas y días sagrados; o si hay que contemplar las creencias y los ritos religiosos en los convenios colectivos en un país legalmente aconfesional (aunque todavía no laico, por desgracia). El asunto del Ramadán también ha puesto de manifiesto el desconocimiento del islam por parte de empresarios, políticos, periodistas y, también, muchos musulmanes, que no saben que por enfermedad, trabajo o viaje, está permitido no observar el ayuno (hay que recuperarlo cuando se pueda) si bien no hay ninguna causa que dispense de suspender toda actividad bélica en ese mes.

Otra coincidencia temporal de este año es que el Yom Kippur se celebra el mismo día (hoy) que se conmemora el aniversario de la matanza de Sabra y Shatila (16-18 de septiembre de 1982), aunque nada indica que los judíos pidan perdón por aquella matanza. Uno de sus responsables paga por ello, aunque no se entere; Ariel Sharon (un geranio desde hace años como resultado de un ictus) animó a las falanges cristianas libanesas a destruir esos dos campos de refugiados palestinos, les dijo que allí había dos mil terroristas y les dio vía libre para entrar y hacer lo que quisieran. Fueron cuarenta horas de sangre y horror; entre 800 y 3.000 muertos palestinos, la mayoría de ellos musulmanes, masacrados con las manos y el beneplácito de cristianos y judíos, lo preciso por si hay que elaborar una lista de religiones asesinas y peligrosas para la humanidad. No se sabe el número, porque no dejaron ni contarlos ni enterrarlos, ni escribir sus nombres en placas conmemorativas o en memoriales de homenaje a los inocentes. Cal viva y oscuridad. Y ningún minuto de silencio mundial en estos días. Septiembre es un mes con muchos muertos: Chile, Munich, Sabra y Shatila, Nueva York; unos, los nuestros, más inocentes que otros, parece. Quizá se necesite un Día de la Expiación cada mes para pedir perdón por todos los muertos.

Claro que igual al papa le da lo mismo. Joseph Ratzinger, jefe del Estado Vaticano y embajador de un reino que no forma parte de ninguna organización internacional, cuando pide perdón por encubrir los delitos (en su reino los llaman pecados) de sus subordinados dice que hay que ser compasivo con esos delincuentes. También dice que la ciencia es peligrosa si no tiene en cuenta la religión (la suya, claro). Además ha exigido a los políticos que gobiernen con la religión (se supone que la católica) y cuestionen las democracias que se basan en el consenso social. ¡Hay que joderse! mejor que decidir entre todos va a ser gobernarse según lo que él y su panda tengan a bien dictaminar (porque es evidente que la ley que le gustaría imponer no es la de Cristo, ya que no hace que rija ni siquiera en el Estado del Vaticano ). Por fin, ahora sabemos que el señor Ratzinger es partidario de los regímenes teocráticos, también aquí en la Tierra. Y encima se permite decir que el ateísmo es como el nazismo, él, que fue miembro de las juventudes hitlerianas. Ese fascista, cómplice y encubridor de pederastas, e incitador al asesinato por contagio de sida se permite insultarnos a los ateos. A mí no me extraña que no sea muy partidario ni de la ciencia ni de la democracia ni de la justicia humana, porque la primera pone de manifiesto su ignorancia, la segunda muestra su jíbara estatura moral y la tercera lo llevaría a la cárcel para los restos si no fuera quien es.

PS: Recién escrito todo lo anterior, tengo que dejar constancia de la obviedad de que hay cristianos y judíos decentes, algunos hacen que tenga que añadir a esta entrada la etiqueta «vidas ejemplares» como  Gilad Atzmon(de no perderse los enlaces al final) que dice de sí mismo que es ex israelí y ex judío, hace una jazz fabuloso, y no es manco pensando y escribiendo.